Los sistemas de energía solar autónomos dependen en gran medida de baterías solares fuera de la red. Esto se debe a que estas baterías almacenan la energía extra producida durante el día para su uso por la noche o cuando está nublado. Se utilizan principalmente baterías de ciclo profundo de plomo-ácido o de iones de litio. Esto se debe a que las baterías pueden soportar descargas profundas repetidas sin una degradación significativa. El sistema debe ser cuidadosamente ajustado en términos de consumo de energía, salida de paneles solares y requisitos de respaldo. Estos sistemas fuera de la red reducen la dependencia energética y la confianza en la red eléctrica, lo que los hace ideales para ubicaciones remotas o lugares que necesitan seguridad energética.