El almacenamiento de energía del sistema fotovoltaico añade generación de electricidad a la energía solar mediante la incorporación de tecnología de baterías para almacenar cualquier exceso de electricidad para su uso posterior. Las baterías de iones de litio son comunes porque tienen una alta densidad de energía, tienen una larga vida útil y cuentan con capacidades de carga rápida. Un sistema de gestión de baterías (BMS) supervisa los procesos de carga y descarga y la salud de la celda para garantizar un rendimiento óptimo. El almacenamiento de energía fotovoltaica permite el desplazamiento según el horario de uso, permitiendo a los usuarios beneficiarse de la energía almacenada durante las horas más caras o cuando la generación solar es baja. También mejora la energía de respaldo en caso de apagón, haciendo que los sistemas fotovoltaicos sean más confiables y flexibles.