Dada su baja precio, las baterías solares de ácido plomado han sido una elección frecuente (si no la más común). Funcionan basándose en las reacciones del plomo y el dióxido de plomo en ácido sulfúrico. Sin embargo, presentan algunas desventajas: una menor densidad de energía, una vida útil de ciclo más corta de 300-500 ciclos para tipos de ciclo profundo, y mantenimiento como verificaciones regulares del nivel de agua. Aun así, estas baterías aún encuentran su lugar en escenarios de bajo presupuesto y uso limitado, como sistemas fuera de la red a pequeña escala o sistemas de respaldo de energía en áreas urbanas con uso limitado de caché remoto, para habilitar sistemas costeables.